Represión, recuento y reelección

Uganda celebra las elecciones presidenciales en plena pandemia mundial de la Covid-19 y con el internet cortado en todo el país

16 de enero de 2021

Caputra de los resultados provisionales de las elecciones.

Foto: Twitter

OS PUEDE INTERESAR…

Arte y cultura en Uganda Lydia, miembro del equipo, comparte su opinión

AUTOR/A

Maria Colom González es periodista freelance. Actualmente, también forma parte del equipo de Petits Detalls en España.

Uganda ha estrenado el nuevo año 2021 haciendo frente a unas elecciones presidenciales marcadas por la represión. El pasado 14 de enero, 17,6 millones de ugandeses, de una población total de 44,2 millones, estaban llamados a las urnas para participar en el juego de la democracia y ejercer su libre derecho al voto para elegir quién va a ser su presidente los próximos 5 años.

La jornada del jueves enfrentaba a Yoweri Museveni (Movimiento de Resistencia Nacional), de 76 años y presidente del país desde 1986, y a Robert Kyagulanyi (Plataforma de Unidad Nacional), de 38 años, cantante transformado en activista y líder de la oposición, más conocido como Bobi Wine. Según los resultados provisionales presentados por la Comisión Electoral el pasado sábado por la mañana y que no contemplan el cien por cien del voto escrutado, Museveni sería reelegido presidente con más de 5,3 millones de votos, un 58,83% del total y lo seguiría Wine con el 34,62% y 3,1 millones de votos.

El viernes, antes de que se presentaran los primeros datos del escrutinio oficial, Bobi Wine ya rechazó el resultado de las elecciones y habló del “peor fraude de la historia de Uganda”, en una rueda de prensa que ofreció desde su casa. Además, también denunció estar bajo arresto domiciliario y afirmó que el gobierno quería aislarlo cuando el ejercito entró en su propiedad y tomaron el control de su casa.

Esta represión política ha sido una constante de los procesos electorales en Uganda, pero se intensificó en 2017 cundo Bobi Wine, por aquel entonces uno de los cantantes más conocidos en Uganda, empezó a mostrar su apoyo al líder de la oposición en las pasadas elecciones de 2016, Kizza Besigye. Tras convertirse en su número dos, Wine fue detenido mientras estaba haciendo campaña para las elecciones del Distrito de Arua, en el norte de Uganda. Fue acusado de atacar al convoy presidencial, encarcelado tras un intento de asesinato en el que murió su chofer, y torturado. Tuvo que trasladarse a Estados Unidos para su recuperación.

En plena pandemia mundial de la Covid-19, Uganda se sumió en una peligrosa campaña electoral por las dificultades de garantizar las medidas de seguridad impuestas por las autoridades sanitarias. Wine, al igual que el resto de su equipo, fue detenido en innumerables ocasiones acusado de no respetar las instrucciones de la Comisión Electoral. Además, disturbios y ataques puntuales se apoderaron de las calles y amenazaron la paz y la estabilidad del país. El 1 de enero, el Gobierno desplegó el ejército en las calles de la capital cargados con armamento de gran calibre y la Comisión de Comunicaciones ordenó cortar el internet desde el día antes de la cita con las urnas. Durante la jornada electoral del 14 de enero, la presencia policial fue una constante en los 34.000 centros de votación habilitados para garantizar todas las medidas de seguridad.

Lejos aún de poder garantizar la paz y la estabilidad en el país, si se confirman los resultados electorales provisionales, Yoweri Museveni podría alcanzar los 39 años en el poder. Actualmente es el tercer presidente del continente africano que lleva más tiempo al mando de un país, por detrás de Obiang, de Guinea Ecuatorial, que acumula más de 41 años en la presidencia y Biya, de Camerun, que ostenta el liderazgo desde 1982, más de 38 años.

Facebook
Twitter
Instagram