Ser mujer en tiempos de pandemia en Uganda

Los 65 hospitales del país solo disponen de 181 ambulancias para transportar a personas que requieran de atención médica urgente, incluidas las mujeres embarazadas

15 de abril de 2020

Junto a sus compañeras, Auntie Mary lleva años atendiendo a las embarazadas que llegan al St.Benedict’s Health Center III / Wanyange, Jinja, agosto 2018.

Foto: Helena Buira y Edu Gisbert

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¿Como afronta Uganda esta pandemia? La Covid-19 puede tener consecuencias devastadoras para el continente Africano.

AUTOR/A

Quico Germain es el presidente y fundador de Petits Detalls. En Uganda coordina los tres proyectos de la ONG junto con las contrapartes locales.

Jinja, Uganda (abril 2020)

Esta mañana he salido a comprar. Ha sido la primera vez que lo hacía en 10 días y la segunda desde que el gobierno ugandés declaró la cuarentena. En la cola del supermercado, un vigilante de seguridad controlaba que nunca hubiera más de seis personas dentro del establecimiento para respetar la distancia de seguridad. Fuera, unas diez personas nos hacinábamos en poco más de dos metros cuadrados.

Una ambulancia que se movía a no mucha velocidad ha cruzado la calle vacía justo en el momento en el que un señor se quejaba por la larga espera. Quedaban ya solo 2 personas delante de mí. Las ambulancias son uno de los pocos vehículos que pueden seguir moviéndose desde que el pasado lunes 30 de marzo el presidente de Uganda prohibió el transporte privado. Días antes había prohibido también todas las formas de transporte público. Estas medidas podrían calificarse de necesarias para evitar la propagación del coronavirus, pero empujan a una situación de vulnerabilidad extrema a una población que, en muchos casos, vive ya en condiciones precarias.

Como ya compartí con vosotros en el último artículo publicado en este blog, lo que sentimos con mayor preocupación todos los que vivimos en Uganda son las posibles consecuencias sociales y económicas de esta pandemia. Si algo me ha enseñado el trabajo de estos últimos años es a ser capaz de analizar las circunstancias con perspectiva de género. ¿Qué problemas derivados de esta situación sufren las mujeres por el simple hecho de serlo, además de los que sufre toda la población?

Al hacer esta reflexión, dos mujeres han venido a mi mente: Deborah i Lilian. Ambas del equipo de Petits Detalls. Ambas embrazadas.

Uganda tiene una red de salud pública muy débil que cuenta con solo 65 hospitales en todo el país. La gran mayoría de la población tiene acceso solo a centros de salud, generalmente, con escasos recursos. Estos hospitales públicos disponen de un total de 181 ambulancias. Al no tener otro medio de transporte, estas ambulancias tienen que ser capaces de transportar a todas las personas enfermas que requieran de atención médica urgente, incluidas las mujeres que tengan que dar a luz. La población de Uganda es de casi 45 millones de personas. Misión imposible.

En un día normal mueren en Uganda alrededor de 15 mujeres dando a luz. Aproximadamente 94 niños mueren en el parto o son víctimas de aborto natural, y 81 niños recién nacidos pierden, también, la vida. Las cifras son desoladoras. ¿Qué ocurrirá durante esta pandemia? Hasta el momento, se han confirmado ya siete casos de mujeres embrazadas que han muerto tratando de llegar a pie al centro de salud más cercano.

Me toca entrar ya en el supermercado. Antes, el vigilante de seguridad que ha estado controlando la cola me hecha desinfectante en las manos. Me apresuro a comprar lo que necesito. Pan, arroz, jabón… Pero antes echo un vistazo a mi alrededor. Dentro del supermercado solo estamos yo y seis personas más. No puedo evitar pensar que dentro podría haber siete madres comprando pañales para sus hijos, mientras los llevan atados a la espalda.

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